lunes, 5 de enero de 2015

Cuando era niño en muchas oportunidades escuché de varias personas la expresión de que las palabras se las llevaba el viento y pensé que eso debería ser una verdad. Sin embargo, siendo ya adulto comencé a leer la Biblia y me di cuenta que las sagradas escrituras tenían una enseñanza totalmente diferente. Allí me di cuenta que la confesión de palabras tiene una fuerza y unos efectos sorprendentes, más de lo que muchas personas se imaginan.

Por ejemplo, dijo el sabio Salomón inspirado por el Espíritu Santo: “La muerte y la vida están en poder de la lengua” Proverbios 18:21. Este verso bíblico me enseña que nuestras palabras pueden traer muerte o vida, y añadiría, enfermedad o salud, pobreza o prosperidad. Es decir, que lo que hablamos sea bueno o malo se manifestará en nuestras vidas. Ya con más años de experiencia y conocedor de las leyes de Dios he comprendido que las palabras que hablamos es un principio espiritual que activa y mueve las esfera invisible y que ellas son documentos legales que escribimos en el mundo espiritual.

Si usted es conocedor de la Biblia habrá leído que nuestro Señor Jesús en una oportunidad le habló a una higuera desatando sobre ella una maldición que a las pocas horas tuvieron unos efectos tan terribles que se secó desde las raíces. Viendo uno de sus discípulos estos efectos sobre la higuera queda sorprendido y le dice a Jesús que mirara como había quedado el árbol. No obstante, creo firmemente que Nuestro Señor Jesús sabía muy bien lo ocurrido y fue allí donde les dio una enseñanza diciéndoles: "Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho" Marcos 11.23. Aquí notamos dos enseñanzas importantes. La primera, una advertencia de que lo que hablamos lo recibiremos y segundo, que lo que dijo Jesús no se lo llevó el viento, sino que trajo resultados sobre la higuera. De la misma manera que ese principio funcionó hace más de dos mil años, así hoy en día funcionará para su vida. Por lo tanto, tenga un sumo cuidado con lo que dice y recuerde que sus palabras no se las lleva el viento.

Escrito por el Pastor ROBERT VARGAS 
y publicado por PALABRA SENDERS
Disponible 
AQUI

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